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Friday 12 de November de 2004, 00:00:00
Pico de Orizaba en bicicleta de montaña
Tipo de Entrada: RELATO | 7 Comentarios

Para un ciclista de nivel medio, el recorrer una distancia de 30 metros y ya estar sofocado pensando en abandonar la rodada seria totalmente absurdo, pero no en esta montaña ni bajo estas condiciones, hablamos de la montaña mas alta de México y hablamos de una de las aventuras mas exigentes que hemos tenido como grupo y he aquí el relato: http://www.amigosdelviento.com/resenas/13-picodeorizaba-041106.htm


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3 años atrás mientras caminaba en calidad de alpinista rumbo al albergue, pensé en la idea de poder rodar en bicicleta desde el albergue hasta mi casa, pues después que hicimos esto el año pasado en Mayo, pensé: ¿por que no hacer el recorrido de subida desde Texmalaquilla hasta el albergue y agregarle el descenso hasta Orizaba?. Sería estupendo, ?pensé?, y cuando esta idea la comentaba con mis amigos, familiares, etc., simplemente no me bajaban de loco y la idea les parecía fuera de raciocinio, pero creo que esas ideas de ellos hacia mi lo único que hacían era alimentar más mis ganas de llevar acabo esa aventura.

En una platica con los integrantes del Club, propuse esa ruta y aceptaron la idea y de inmediato aquellos que trabajan los sábados buscaron la manera de darse una ?escapadita? para hacer esto, que desde que se planteo, sabíamos que seria increible y exigente.

Redacte un mail dirigido a un mailing list de personas relacionadas al MTB, de inmediato recibí contestación de personas de varios puntos del país que les gustaba la idea, sin embargo al final solo 2 personas por separado se unieron a esto y ya casi en la fecha de la rodada. Primero se puso en contacto Javier Gutiérrez quien vive en chilangolandia (México D.F.) y Steven Volckaert de Bélgica quien vive en Puebla.

6 a.m. Punto de reunión

Después de esperar unos 30 minutos ya estábamos listos y también la persona que nos llevaría hasta Texmalaquilla. Así que acomodamos todo en ambas camionetas y empezamos el recorrido hasta aquel poblado en el estado de Puebla el cual duro arriba de 1 hora. Después de unos ricos sándwich, llego Steven y ya estábamos completos para empezar el recorrido. Beto, Nay, Bertin, Alex, Erik, Ady, Fer, Ricardo, Javier y Oscar. Después del desayuno y de haber establecido los 2 puntos de descanso, hablamos de las ultimas recomendaciones y con una oración dimos inicio a algo que nadie sabia como terminaría exactamente ya que era algo nuevo para todos.

9:40 a.m. Inicia el pedaleo

Siempre he pensado que lo más complicado a esta altura (3000 metros sobre el nivel del mar) es el inicio de la caminata o de la pedaleada. Ante el menor esfuerzo el cuerpo reacciona inmediatamente haciendo que el corazón lata rápidamente haciendo que los signos de agitación se hagan presentes pese haber recorrido solo unos metros.

Como era normal algunos empezaron a reaccionar mejor que otros, y la distancia entre todos se incrementaba, contábamos con radios de 2 vías como medio de comunicación y aparte teníamos la camioneta de apoyo perteneciente a Fernando y conducida por Alex quien se había convertido en el conductor ?resignado?, yo creo que al inicio el era el menos entusiasmado, y no era para menos, la noche anterior debido a trabajo había dormido solo 2 horas y cuando empezó a manejar todavía estaba ?encamorrado?, supongo que en ese momento el pensaba: ¿Qué demonios hago aquí pudiendo estar en mi camita reponiéndome? Pero que le puedo hacer, ya le dije al inche Fernando que le hacia la balona con esto. Pero seguro que eso cambio mucho después de estos 2 días.

11:40 a.m. Todos en el primer punto

Después de 2 horas de rodar, todos ya estábamos en el primer punto de descanso, el cual es la desviación al Sierra Negra, desde ese punto se veía ya el albergue a lo que Adelina replico con preocupación: ¿Hasta allá vamos a ir? El albergue se ve un puntito naranja a lo lejos, sin embargo, ya habíamos recorrido casi la mitad del recorrido, en teoría nos faltaba la otra mitad, pero todos sabíamos que el siguiente paso seria totalmente distinto. Era ir de los 3900 metros a los 4660 metros que tiene el albergue repartidos en alrededor de 8 kilómetros lo que implicaba subir 100 metros por kilómetro recorrido.

Mientras le daban uso a la memoria de sus cámaras digitales, unos comíamos, nos reponíamos, nos hidratábamos y hablábamos de todo un poco, incluyendo costumbres europeas que por cierto Steven no quiso revelar la verdadera historia del baño belga.

El inicio de la segunda parte se podía rodar muy bien, creo que en la primera media hora tuvimos buen avance, las dificultades empezaron con la presencia de arena que hacia imposible rodar 10 metros continuos, entonces no quedo de otra más que empezar a arrastrar la bicicleta en algunos tramos. Pronto los verdaderos síntomas del mal de montaña empezaron a aparecer, Bertin fue la primera victima, el suele ser un ciclista de punta pero en esta ocasión los malestares acabaron por llevarlo mas lento. Adelina y Fernando aunque con menor grado de malestar fueron con el.

Después de un rato y de ver personas bajar del albergue por fin los primeros y la camioneta excelentemente conducida por Alex y su co-pilota Boni, llegamos al segundo punto de descanso, cada que bajaba algún alpinista preguntábamos cuantas personas había arriba, ya que una preocupación era si cabríamos los 11 en el albergue, de cualquier manera llevábamos las casas, pero seria mejor si las dejábamos, ya suficiente teníamos con las mochilas y las bicicletas como para cargar algo extra.

4:30 p.m.

Aun no llegaban todos al área donde la camioneta se quedaría, Adelina, Fernando y Bertin se veían aun lejos, y en mente teníamos una sola preocupación: La luz del sol con el horario de invierno la noche empieza a caer antes de las 7 p.m. y todavía faltaba subir los últimos 700 metros para alcanzar el refugio, el clima era bueno, cielo despejado y con algo de viento. Nosotros calculamos 2 horas más para llegar al albergue, esto por que esos 700 metros son los mas empinados, y mas difíciles de todo el recorrido. Para que todos pudiéramos llegar con luz necesitábamos empezar a subir a las 5 p.m. Eso fue imposible, Bertin tenía severos efectos del mal de montaña, Fernando y Adelina tenían un notable agotamiento.

En ese momento calculábamos que ellos llegarían al punto de la camioneta 1 hora después de las 4:30 lo que implicaba que no llegaríamos con luz al albergue. Teníamos que tomar una decisión y rápido. Decidimos esperarlos y enfrentar todos el inminente anochecer. Una vez todos en el punto, preparamos las mochilas que venían en la camioneta, nos tomamos un buen descanso mientras los rayos del sol aminoraban el frío y disfrutando de la increíble vista que en ese momento teníamos. Bertin continuaba mal y mientras le sacaba de su mochila su pans, encontré unos tenis de básquetbol, se les dijo que en el albergue había un Oxxor, una señora vendiendo tamales y otra mas vendiendo jugos, pero nunca una cancha de básquetbol.

Después de un rato mas, Javier empezó el ascenso, mientras los demás hacíamos lo mismo, algunos optaron por dejar las bicis en la troca y solo subir con mochilas mientras la mayoría con todo y todo.

De repente en el radio se empezó a comunicar Fernando diciendo que no subirían y que se quedarían en la camioneta, creo que en ese momento los que teníamos el radio nos bajo la moral, Fernando se escuchaba decidido y ya les llevábamos unos 20 minutos de ventaja. Vía radio los empezamos a animar para que continuaran, era muy importante que todos llegáramos. Esa actitud de ?ya no doy un paso más? nos paso en algún momento a todos. Por fortuna decidieron continuar y aunque nos agarro la noche y pasaron 2 horas todos ya estábamos en el albergue a 4660 metros con la primera meta alcanzada, sin duda esos últimos minutos de subida al albergue tuvieron una recompensa mucho muy grande al haber completado nuestro objetivo que realmente fue extremo.

Dentro del albergue nos acomodamos, cenamos, tomamos un café, platicamos todos la experiencia vivida y también celebrando con un rico vino a Fernando que el 8 de Noviembre fue su cumpleaños. Algunos ya se habían ido a descansar producto de sus malestares con la altura, Bertin dormía y la altura tomaba una nueva victima quien fue Oscar quien de plano no comió y se fue a dormir y mira que eso es dificil ya que es de buen comer. Después de un rato, todos a su sleeping, a al menos tratar de dormir. Por momentos se escuchaba el ruido de un trailer frenando con motor, pero no, eran los ronquidos de Ricardo que no dejaron dormir a más de uno.

Alrededor de las 8 a.m., nos empezamos a despertar uno a uno, hasta que todos estaban arriba, varios de los que se sintieron mal empezaron a recobrar el ánimo, desayunamos, preparamos nuestras cosas, sacamos las fotos, y a eso de 10:30 a.m. empezamos a descender. 30 minutos después llegamos donde se quedo la camioneta, en el camino Nay y Ricardo sacaron del escondite las bicicletas ya que durante el ascenso la noche anterior decidieron dejarlas botadas a medio camino. Una vez en camioneta, trepamos las mochilas y nos llevamos solo lo indispensable y así empezamos a descender teniendo como objetivo la ciudad de Orizaba, bajando desde el albergue casi 3500 metros de desnivel. Lo que nos había costado subir de 6 a 7 horas, lo habíamos bajado en solo 2 horas. Fue un camino de regreso entretenido, lleno de velocidad, adrenalina y mucha arena, quedamos todos empanizados por la cantidad de arena, con un clima perfecto y como fondo el Popocatepetl y el Iztaccihuatl.

Llegando a Texmalaquilla Steven decidió concluir su aventura ahí para tomar su coche y regresar a Puebla. Alex llevo la camioneta hasta Orizaba, llegando mucho antes, esto por que el camino por donde rodaríamos era imposible para la camioneta. Después de algunos ajustes tomamos nuestras compañeras de aventuras y continuamos nuestro descenso, pasando por cañadas, por singles tracks divertidos y en medio de las cosechas.



Pasando por varios poblados, el camino era en su mayoría descenso, variedad de terrenos, desde la arena suelta a terrenos rocosos y técnicos, ninguna pinchadura en todo el trayecto, y en menos de 7 horas llegamos a Orizaba. Nos encontramos nuevamente con Alex y le aceptamos a Javier una invitación a comer y ahí concluyo toda esta aventura, comiendo delicioso y cada quien partiendo a su casa.

Que dejo esta aventura? Bueno, pues dejo a 10 ciclistas fascinados, 1 conductor con ganas de tener bici, una perra sedienta, 350 fotos digitales de 3 cámaras y todos en mente que este tipo de aventuras se disfruta a todo, al máximo, experimentamos todo tipo de emociones y sensaciones. Me alegra mucho haber compartido esto con ustedes y esto solo me da pie para pensar en aventuras mas extremas, mas exigentes que me permitan seguir descubriendo que para el ser humano no existe ningún limite y que mas allá de lo físico esta lo mental.




© 2004 Amigos del Viento Mountain Bike

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