Para un ciclista de nivel medio, el recorrer una distancia de 30 metros y ya estar sofocado pensando en abandonar la rodada seria totalmente absurdo, pero no en esta montaña ni bajo estas condiciones, hablamos de la montaña mas alta de México y hablamos de una de las aventuras mas exigentes que hemos tenido como grupo y he aquà el relato: http://www.amigosdelviento.com/resenas/13-picodeorizaba-041106.htm
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3 años atrás mientras caminaba en calidad de alpinista rumbo al albergue, pensé en la idea de poder rodar en bicicleta desde el albergue hasta mi casa, pues después que hicimos esto el año pasado en Mayo, pensé: ¿por que no hacer el recorrido de subida desde Texmalaquilla hasta el albergue y agregarle el descenso hasta Orizaba?. SerÃa estupendo, ?pensé?, y cuando esta idea la comentaba con mis amigos, familiares, etc., simplemente no me bajaban de loco y la idea les parecÃa fuera de raciocinio, pero creo que esas ideas de ellos hacia mi lo único que hacÃan era alimentar más mis ganas de llevar acabo esa aventura.
En una platica con los integrantes del Club, propuse esa ruta y aceptaron la idea y de inmediato aquellos que trabajan los sábados buscaron la manera de darse una ?escapadita? para hacer esto, que desde que se planteo, sabÃamos que seria increible y exigente.
Redacte un mail dirigido a un mailing list de personas relacionadas al MTB, de inmediato recibà contestación de personas de varios puntos del paÃs que les gustaba la idea, sin embargo al final solo 2 personas por separado se unieron a esto y ya casi en la fecha de la rodada. Primero se puso en contacto Javier Gutiérrez quien vive en chilangolandia (México D.F.) y Steven Volckaert de Bélgica quien vive en Puebla.
6 a.m. Punto de reunión
Después de esperar unos 30 minutos ya estábamos listos y también la persona que nos llevarÃa hasta Texmalaquilla. Asà que acomodamos todo en ambas camionetas y empezamos el recorrido hasta aquel poblado en el estado de Puebla el cual duro arriba de 1 hora. Después de unos ricos sándwich, llego Steven y ya estábamos completos para empezar el recorrido. Beto, Nay, Bertin, Alex, Erik, Ady, Fer, Ricardo, Javier y Oscar. Después del desayuno y de haber establecido los 2 puntos de descanso, hablamos de las ultimas recomendaciones y con una oración dimos inicio a algo que nadie sabia como terminarÃa exactamente ya que era algo nuevo para todos.
9:40 a.m. Inicia el pedaleo
Siempre he pensado que lo más complicado a esta altura (3000 metros sobre el nivel del mar) es el inicio de la caminata o de la pedaleada. Ante el menor esfuerzo el cuerpo reacciona inmediatamente haciendo que el corazón lata rápidamente haciendo que los signos de agitación se hagan presentes pese haber recorrido solo unos metros.
Como era normal algunos empezaron a reaccionar mejor que otros, y la distancia entre todos se incrementaba, contábamos con radios de 2 vÃas como medio de comunicación y aparte tenÃamos la camioneta de apoyo perteneciente a Fernando y conducida por Alex quien se habÃa convertido en el conductor ?resignado?, yo creo que al inicio el era el menos entusiasmado, y no era para menos, la noche anterior debido a trabajo habÃa dormido solo 2 horas y cuando empezó a manejar todavÃa estaba ?encamorrado?, supongo que en ese momento el pensaba: ¿Qué demonios hago aquà pudiendo estar en mi camita reponiéndome? Pero que le puedo hacer, ya le dije al inche Fernando que le hacia la balona con esto. Pero seguro que eso cambio mucho después de estos 2 dÃas.
11:40 a.m. Todos en el primer punto
Después de 2 horas de rodar, todos ya estábamos en el primer punto de descanso, el cual es la desviación al Sierra Negra, desde ese punto se veÃa ya el albergue a lo que Adelina replico con preocupación: ¿Hasta allá vamos a ir? El albergue se ve un puntito naranja a lo lejos, sin embargo, ya habÃamos recorrido casi la mitad del recorrido, en teorÃa nos faltaba la otra mitad, pero todos sabÃamos que el siguiente paso seria totalmente distinto. Era ir de los 3900 metros a los 4660 metros que tiene el albergue repartidos en alrededor de 8 kilómetros lo que implicaba subir 100 metros por kilómetro recorrido.
Mientras le daban uso a la memoria de sus cámaras digitales, unos comÃamos, nos reponÃamos, nos hidratábamos y hablábamos de todo un poco, incluyendo costumbres europeas que por cierto Steven no quiso revelar la verdadera historia del baño belga.
El inicio de la segunda parte se podÃa rodar muy bien, creo que en la primera media hora tuvimos buen avance, las dificultades empezaron con la presencia de arena que hacia imposible rodar 10 metros continuos, entonces no quedo de otra más que empezar a arrastrar la bicicleta en algunos tramos. Pronto los verdaderos sÃntomas del mal de montaña empezaron a aparecer, Bertin fue la primera victima, el suele ser un ciclista de punta pero en esta ocasión los malestares acabaron por llevarlo mas lento. Adelina y Fernando aunque con menor grado de malestar fueron con el.
Después de un rato y de ver personas bajar del albergue por fin los primeros y la camioneta excelentemente conducida por Alex y su co-pilota Boni, llegamos al segundo punto de descanso, cada que bajaba algún alpinista preguntábamos cuantas personas habÃa arriba, ya que una preocupación era si cabrÃamos los 11 en el albergue, de cualquier manera llevábamos las casas, pero seria mejor si las dejábamos, ya suficiente tenÃamos con las mochilas y las bicicletas como para cargar algo extra.
4:30 p.m.
Aun no llegaban todos al área donde la camioneta se quedarÃa, Adelina, Fernando y Bertin se veÃan aun lejos, y en mente tenÃamos una sola preocupación: La luz del sol con el horario de invierno la noche empieza a caer antes de las 7 p.m. y todavÃa faltaba subir los últimos 700 metros para alcanzar el refugio, el clima era bueno, cielo despejado y con algo de viento. Nosotros calculamos 2 horas más para llegar al albergue, esto por que esos 700 metros son los mas empinados, y mas difÃciles de todo el recorrido. Para que todos pudiéramos llegar con luz necesitábamos empezar a subir a las 5 p.m. Eso fue imposible, Bertin tenÃa severos efectos del mal de montaña, Fernando y Adelina tenÃan un notable agotamiento.
En ese momento calculábamos que ellos llegarÃan al punto de la camioneta 1 hora después de las 4:30 lo que implicaba que no llegarÃamos con luz al albergue. TenÃamos que tomar una decisión y rápido. Decidimos esperarlos y enfrentar todos el inminente anochecer. Una vez todos en el punto, preparamos las mochilas que venÃan en la camioneta, nos tomamos un buen descanso mientras los rayos del sol aminoraban el frÃo y disfrutando de la increÃble vista que en ese momento tenÃamos. Bertin continuaba mal y mientras le sacaba de su mochila su pans, encontré unos tenis de básquetbol, se les dijo que en el albergue habÃa un Oxxor, una señora vendiendo tamales y otra mas vendiendo jugos, pero nunca una cancha de básquetbol.
Después de un rato mas, Javier empezó el ascenso, mientras los demás hacÃamos lo mismo, algunos optaron por dejar las bicis en la troca y solo subir con mochilas mientras la mayorÃa con todo y todo.
De repente en el radio se empezó a comunicar Fernando diciendo que no subirÃan y que se quedarÃan en la camioneta, creo que en ese momento los que tenÃamos el radio nos bajo la moral, Fernando se escuchaba decidido y ya les llevábamos unos 20 minutos de ventaja. VÃa radio los empezamos a animar para que continuaran, era muy importante que todos llegáramos. Esa actitud de ?ya no doy un paso más? nos paso en algún momento a todos. Por fortuna decidieron continuar y aunque nos agarro la noche y pasaron 2 horas todos ya estábamos en el albergue a 4660 metros con la primera meta alcanzada, sin duda esos últimos minutos de subida al albergue tuvieron una recompensa mucho muy grande al haber completado nuestro objetivo que realmente fue extremo.
Dentro del albergue nos acomodamos, cenamos, tomamos un café, platicamos todos la experiencia vivida y también celebrando con un rico vino a Fernando que el 8 de Noviembre fue su cumpleaños. Algunos ya se habÃan ido a descansar producto de sus malestares con la altura, Bertin dormÃa y la altura tomaba una nueva victima quien fue Oscar quien de plano no comió y se fue a dormir y mira que eso es dificil ya que es de buen comer. Después de un rato, todos a su sleeping, a al menos tratar de dormir. Por momentos se escuchaba el ruido de un trailer frenando con motor, pero no, eran los ronquidos de Ricardo que no dejaron dormir a más de uno.
Alrededor de las 8 a.m., nos empezamos a despertar uno a uno, hasta que todos estaban arriba, varios de los que se sintieron mal empezaron a recobrar el ánimo, desayunamos, preparamos nuestras cosas, sacamos las fotos, y a eso de 10:30 a.m. empezamos a descender. 30 minutos después llegamos donde se quedo la camioneta, en el camino Nay y Ricardo sacaron del escondite las bicicletas ya que durante el ascenso la noche anterior decidieron dejarlas botadas a medio camino. Una vez en camioneta, trepamos las mochilas y nos llevamos solo lo indispensable y asà empezamos a descender teniendo como objetivo la ciudad de Orizaba, bajando desde el albergue casi 3500 metros de desnivel. Lo que nos habÃa costado subir de 6 a 7 horas, lo habÃamos bajado en solo 2 horas. Fue un camino de regreso entretenido, lleno de velocidad, adrenalina y mucha arena, quedamos todos empanizados por la cantidad de arena, con un clima perfecto y como fondo el Popocatepetl y el Iztaccihuatl.
Llegando a Texmalaquilla Steven decidió concluir su aventura ahà para tomar su coche y regresar a Puebla. Alex llevo la camioneta hasta Orizaba, llegando mucho antes, esto por que el camino por donde rodarÃamos era imposible para la camioneta. Después de algunos ajustes tomamos nuestras compañeras de aventuras y continuamos nuestro descenso, pasando por cañadas, por singles tracks divertidos y en medio de las cosechas.
Pasando por varios poblados, el camino era en su mayorÃa descenso, variedad de terrenos, desde la arena suelta a terrenos rocosos y técnicos, ninguna pinchadura en todo el trayecto, y en menos de 7 horas llegamos a Orizaba. Nos encontramos nuevamente con Alex y le aceptamos a Javier una invitación a comer y ahà concluyo toda esta aventura, comiendo delicioso y cada quien partiendo a su casa.
Que dejo esta aventura? Bueno, pues dejo a 10 ciclistas fascinados, 1 conductor con ganas de tener bici, una perra sedienta, 350 fotos digitales de 3 cámaras y todos en mente que este tipo de aventuras se disfruta a todo, al máximo, experimentamos todo tipo de emociones y sensaciones. Me alegra mucho haber compartido esto con ustedes y esto solo me da pie para pensar en aventuras mas extremas, mas exigentes que me permitan seguir descubriendo que para el ser humano no existe ningún limite y que mas allá de lo fÃsico esta lo mental.